Seguro que alguna vez os habéis cruzado con un conocido que os ha saludado con un "¿Qué tal?" y habéis respondido, lo que ha provocado un pequeño silencio incómodo después cuando la conversación no ha continuado porque muere antes de nacer o quizás sólo os habíais cruzado. Vaya, que en vez de un "Hola" o un "Buenas" os ha preguntado algo, y vosotros, como debe ser, habéis contestado, descubriendo inmediatamente que, en realidad, la respuesta le importaba menos que nada y sólo quería saludar cambiando la fórmula habitual.
Si no os ha pasado nunca, os odio. A mí me pasa constantemente. Soy de esas personas que, cuando preguntan algo, lo hacen porque al menos quieren escuchar la respuesta, así que si alguna vez he saludado con un "¿Qué tal?" he tenido intención de atender a la respuesta, si bien lo habitual, normal y típico como contestación a la cuestión es un simple "bien". Por lo tanto, si me preguntan qué tal estoy, contesto, y al momento me siento idiota al advertir que no era una pregunta, era una expresión vacía que únicamente buscaba quedar bien y nada más.
Sí, me jode que me hagan eso. Y no es sólo en este país, la gente te pregunta cómo estás aunque le importa una mierda en Francia, Italia, Reino Unido, Estados Unidos y Portugal. Lo dicho, que el mundo se va al garete.