miércoles, 4 de agosto de 2010

porta te bien

Vaya, qué malote eres, fumabas con catorce años y ahora encadenas tres días de botellones y de desayunos a las tres de la tarde. Te sientes muy guay cuando tus papis te llevan a Benidorm y les haces creer a todos que vas a pasar de ellos y montarte una super fiesta. ¿Pero qué dices, mierda? Tú que suspendías cinco y te regalaban la Play, que para celebrar que repetiste Cuarto te compraron la moto. Nunca llevaste casco porque eso era de maricas, ahora te lo pones el primero porque si no te quedas sin pasta para salir el sábado. Lo mejor de todo es que llegan los exámenes y te enclaustras, cuando 24 horas dan para mucho si encima no trabajas ni aunque te lo supliquen. Querías molar, querías ser alguien grande, insultabas al que no jugaba al fútbol, te reías del que no era tan popular como tú, y ahora te conformarás con el primer curro que te permita comprarte la próxima Play y dos docenas de cubatas al mes. Uno, dos, tres, ya has olvidado para qué bebes; al principio parecía que te divertías más pero luego ya fue impensable no beber y divertirse. Impensable: de locos, de capullos, de empollones que curiosamente estudian menos horas que tú, de frikis del ordenador que conocen menos el tuenti que tú, de gente que da menos pena que tú.

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