Eso me temo. Mañana hará un mes que me pasé por aquí por última vez para deciros algo, y aunque desde entonces he podido leeros alguna que otra vez, apenas he tenido tiempo para soltar cuatro burradas o al menos poner una bonita foto para compensar mi poco talento de escribidor.
¡Pero ha habido cambios! Ahora mismo ya no me encuentro en la capital del imperio de Napoleón. Los últimos días allí pude al fin tachar dos líneas en mi lista de cosas que hacer antes de morir: tomar un helado mientras nieva (check ✓) y trabajar en una tienda de ropa (check ✓). Apasionantes los dos, sobre todo el segundo, lo reconozco. Acabé dejando mi recién conseguido empleo en Pull and Bear, en pleno centro de la ciudad, visité Disneyland Paris y tomé un avión justo a tiempo para no quedarme atrapado por la primera ventisca invernal que azotó Europa.
Y aquí estoy nuevamente, en la costa este de nuestro amado país, con al menos dos proyectos en marcha, algo de intrusismo profesional y alguna que otra oportunidad en el horizonte cercano.
Lástima que llegue Nochevieja, y es que odio esa noche. Soy así.
Lo del intrusismo profesional te viene de serie, si mal no recuerdo. xD
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